La dicha del campesino
Muchos la quieren lograr
Pero les cuesta trabajo
Abandonar la ciudad.
Con el valor que tenemos
Y las ganas de trabajar
Por dura que este la sitúa
Hambre no se ha de aguantar.
Nos enseñaron valores
Que debíamos respetar
Honesto po encima de todo
Y pal orgullo humildad.
Lástima que eso ha cambiado
Y da tristeza escuchar
A esos niños tan groseros
Cuando van a saludar.
Antes era mi señora
Y a usted como me le va
Hoy es quibo cuchibarbi
Vieja, parcera o carnal.
Ya perdieron el respeto
Y no se pueden castigar
Uno es un viejo mamon
Y lo van a denunciar.
A uno le conseguían
Pareja sin preguntar
Y a las buenas o a las malas
Siempre los hacían cazar.
Esos tiempos ya cambiaron
Uno ya puede buscar
La mujer que de por vida
Va tener que soportar.
Trabajamos día a día
Para ganarnos el pan
Cultivando la tierrita
Con amor y dignidad.
Tenemos los viveritos
Gallinas en el corral
Legumbres y frutas frescas
Y agua pura e manantial.
Vendemos unos productos
Para así poder comprar
Las cosas que no tenemos
Y se han de necesitar.
Pero sin imaginarnos
Poai nos quieren enganchar
La sociedad de consumo
Que nos tiene así de mal.
Por ejemplo ya no se oyen
Los campesinos tocar
La música de los ancestros
Con la que solían bailar.
Esa ya está fuera de honda
Es refea y se oye mal
Solo quieren reggaetón
Para así poder perrear.
Lastiman quel ahora los hombres
No se sepan comportar
Usan tatuajes y aretes
Que se les mira muy mal.
Se dejan el pelo largo
Y se lo mandan a parar
Y les queda igualitico
A una escoba sin usar.
Ser campesino es un lujo
Digno de felicitar
Sin importar que unos pocos
Nos intenten transformar.
Autor: Jorge Eliecer Rosero
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